En las fiestas de Aranda de Duero hará exactamente un año que conocí a Juan Antonio Moreno de la mano del director de este medio en el que me dejan escribir y entre unas cervezas, que con el paso de las horas, se convirtieron en tempranas pero no mal halladas copas.
Recuerdo como aquel día, mientras veíamos subir a los ramaleros a la plaza de toros sentados en la terraza de un bar, se nos quedaron los ojos como platos al oír lo que el entrenador leonés nos decía. Cómo un extinto visionario predicando en el desierto volvían a la boca de un técnico del Villa de Aranda las palabras play off, sistema revolucionario y balonmano espectáculo. Algo que en las últimas temporadas había quedado en el olvido en estas orilla del Duero.
Pero a parte de esas palabras también nos habló de sacrificio, trabajo, dificultades y mucha implicación. Tenía fama de tipo duro al que no le asusta el trabajo y con creces lo ha cumplido, aún a pesar de las enormes dificultades por las que ha pasado el club este año, en todos los sentidos. Y eso no es lo más importante, cuándo han aparecido los problemas económicos ha sabido mantener la burbuja del vestuario intacta, uniéndolo contra la adversidad y creando una ilusión con el paso de los partidos y los buenos resultados para acabar metiendo, como nos dijo en Septiembre, al equipo en la fase de ascenso. Y por eso sólo, ya debería tener el respeto de todos nosotros.
El pasado sábado estuve en Santander retransmitiendo para esta web y me sentí orgulloso de lo que Juan Antonio Moreno ha hecho con este Villa de Aranda. Un equipo que sabe perfectamente a lo que juega, con unos jugadores implicados hasta la médula en jugar bien y pasarlo mejor aún, serios cuándo los partidos se ponen cuesta arriba y en muy buena forma, quizás cómo nunca hayan estado.
En este año que suena a despedida todo lo relacionado con el balonmano en nuestra villa quizá haya sido lo mejor que le haya pasado al equipo para darse una segunda oportunidad con la fase de ascenso en el horizonte. Quizás los fuegos artificiales de los que hablaba hace unos días el leonés tan sólo sean el preludio de la fiesta y luego empiece la verbena. De momento, sólo nos queda disfrutar de la fiesta…, como cuando en el patio del colegio nos daban vacaciones y la armábamos parda. Sólo existe el presente, no hay pasado ni futuro y si esto tiene que continuar debe ser con nuestro apoyo en el Príncipe de Asturias este sábado y con ese play off sea donde sea. Creo sinceramente que estos profesionales como la copa de un pino se lo merecen con todas las de la ley. Y si hay que morir…, que sea con todos los honores del mundo.